domingo, 1 de junio de 2008

A sólo un paso largo

· Esta mañana salí de Gonzar y en principio tenía pensado quedarme en Melide, que está a 53 kilómetros de Santiago. Pero una vez que he llegado allí me encontraba bastante descansado, y además hacía, por primera vez en mucho tiempo, una tarde muy agradable. Así que me he dicho que p'alante, y he tirado hasta Arzúa, donde estoy ahora; Arzúa está a 39 kilómetros de Santiago, así que seguramente mañana llegaré estaré en la Plaza del Obradoiro. Son muchos kilómetros, pero así podré cenar e ir de cubatas con el grupillo de amiguetes, que seguro que van a llegar mañana. No me esperan, ya que no saben que hoy me he metido una maratón; mañana les daré una sorpresa.

· La etapa de ayer transcurrió entre Sarria y Gonzar; Sarria es el pueblo donde empieza el camino mucha gente, ya que para que te den la Compostela (documento que acredita que has hecho el camino) tienes que andar al menos 100km, y Sarria está a unos 105. Por ello, a partir de ayer se notó un incremento de gente; muchos grupillos de españoles, lo cual la verdad que se agradece frente a la minoría absoluta en que estábamos hasta ahora. Uno de estos grupos que conocí estaba compuesto por 6 amigas de Albacete que rondaban la cincuentena, muy simpáticas y con las que estuve tomando un tentempié en la terraza de un bar. Habían empezado áyer, y cuando me las encontré habían hecho unos 12 kilómetros y estaban ya reventadas, pero se atizaron cada una una jarra de cerveza de litro y p'alante. Me estuvieron haciendo muchas preguntas sobre el camino que yo respondí como "veterano" que ya me puedo considerar, y la verdad es que pasé un rato muy divertido.

· Situación vivida ayer en Portomarín, donde paré a comer: estaba en la mesa de un bar, iba a encender un cigarro y al ver que no había cenicero en la mesa, me levanté a la barra y le dije al camarero: "¿Me dejas un cenicero?". El camarero (un chaval de unos 20 años) me aparece con un platillo de esos en los que se coloca la taza de café; le digo "No, no, te he dicho un cenicero". Él: "Ya, pero es que cenicero no va a poder ser, porque aquí no se puede fumar". Yo: "Ah, no lo sabía, da igual". Guardo el cigarro en el paquete y cuando me giro para volver a la mesa me dice el camarero: "Entonces el plato no lo quiere, ¿no?". Surrealista total. El rato que eché de caminata por la tarde lo pasé pensando en el gran chiste que habría hecho Eugenio a partir de esta situación.

· Una de las cosas bonitas del camino son los reencuentros; acabo de ver a una señora con la que trabé cierta amistad al principio del camino; es una sueca de unos 50 años que vivió en Las Alpujarras mucho tiempo y que habla español perfectamente. No la había vuelto a ver desde Estella, hace ya tres semanas; me la he encontrado en la puerta de un albergue y nos hemos saludado como viejos amigos, nos hemos informado del transcurso de nuestros respectivos caminos y del de otros amigos peregrinos.

· Ayer en el albergue de Gonzar estuvo a punto de estallar una revuelta grave. Resulta que un grupo de quinceañeros estaban alojados en el albergue, pero parece que su profesor o monitor los había soltado allí y se había largado, sin explicarle muy bien a los rapaces lo que es un albergue de peregrinos. Así que, como es lógico en una caterva de quinceañeros/as, estuvieron armando ruido toda la tarde/noche en la parte baja del albergue, luego subieron a dormir a las 12 (cuando se deberían haber acostado a las 10, como todo el mundo), y entre que usaban el móvil como linterna, los cuchicheos, y conversaciones de móvil ("jo, tía, no me lo puedo creer" y demás), despertaron a todo quisque, hubo que chillarles bastante para que al final se callaran. Pero bueno, lo dicho, el comportamiento es el normal de un grupo de quinceañeros, lo que no es normal es que no lleven a un adulto que los controle.

· Hoy no puedo subir fotos, aunque he sacado algunas muy majas, ¡con algo de sol y todo!

· Sé que se me queda algo en el tintero, pero no sé qué es, de todas formas el maquinario este dice que me quedan dos minutos, así que ...

4 comentarios:

Juan Ant. dijo...

¿Un grupo de albaceteñas cincuentonas? A ver si eran primas o tías mias... me imagino a las viejunas preguntando cosas sin parar y admirando al Caminante Veterano: "ooooh! cuánto saaabe! vente con nosotras... no te arrepentirás, guapetón!... uuuuh! lo que ha dicho la Rosaaario, qué buuuurra!", entre risas y cacareos variados.

A ver si el viernes que viene estás por Murcia y echamos un zumo por ahí...

Anónimo dijo...

En unos pocos años tendrás un incondicional acompañante, tu sobrino Agus, que lo tienes alucinado con tus hazañas, eres su héroe. Un beso desde Málaga. Por cierto, se echa de menos alguna foto más. Bye.

paco dijo...

Buenas Agus!

Sí, aunque te cueste un poco, haz ánimos para llegar a Santiago desde Arzúa, ya verás el gusto que da ver la plaza del Obradorio después de 40 kilometrazos, y si como dices, tus amigotes están ahí pues mejor me lo pones, que la juerga de la última noche en Santiago no puede faltar.

Estoy con Juan Antonio, a ver si estás aquí esta semana que desde que te has ido la buena costumbre de la cervecica del viernes se ha esfumado...

Feliz llegada a Santiago. ¡Saludos!

Anónimo dijo...

Supongo que cuando leas estas líneas estes escribiendo acerca de tu entrada a Santiago.
Tomate unas cuantas cañas a mi salud que te las mereces.
A ver si estas este puente por aquí, que te tenemos preparada una ruta en la bici para que nos cuentes tus andaduras por esos lugares perdidos de Dios.
Espero que con el mes que te estás rapando no te de la "depre" cuando vuelvas a la cruda realidad.
Un saludo y enhorabuena.
EL PRESI.