Junto con el calzado, el mayor enemigo de cualquier peregrino es el sobrepeso en la mochila. Hay una regla no escrita que recomienda limitar el peso (de la mochila más el contenido) como mucho al 10% del peso corporal del peregrino. En mi caso, con unos 80 kilos de peso, la mochila debería pesar unos 8 kilos; el año pasado llevé exactamente 8 kilos, este año llevaré algo menos.
· La mochila: no vale cualquier mochila de las antiguas; hoy en día hay mochilas muy buenas a bastante buen precio. Conviene que tenga espalda rígida, y que tenga sistema de sujeción a la cintura. En cuanto al tamaño, una de 50 litros es suficiente.
Sobre el contenido de la mochila, se suele decir que hay que preparar lo que creamos que vamos a necesitar, y una vez lo tengamos todo, dejar la mitad de las cosas. Voy a detallar lo que me voy a llevar yo. Naturalmente, este contenido puede variar según la época del año, ropa más ligera en verano y de más abrigo en invierno.
· Zapatillas de trekking (ver anterior entrada sobre el calzado)
· Chanclas de goma, para ponérmelas al llegar al albergue y para la ducha
· Calcetines, tres pares finos y tres gruesos, ambos sin costuras. A mi me gusta llevar unos calcetines finos debajo y otros más gruesos encima, para llevar el pie bien sujeto. Conviene que los calcetines sean sin costuras (en cualquier tienda de montañismo los tienen), ya que las costuras son posibles puntos de generación de ampollas.
· Dos pantalones de montaña, que sean sufridos ya que no será fácil lavarlos.
· Un pantalón chubasquero: se pone encima del pantalón normal, y protege perfectamente de la lluvia.
· Calzonzillos, tres mudas.
· Tres camisetas: yo llevaré tipo Quechua o Kalenji, compradas en Decathlon. Son ligeras y transpirables.
· Dos forros polares finos: son de marca Quechua, comprados en Decathlon.
· Chubasquero
· Gafas de sol, conviene que sean deportivas, de las que protegen todo el ojo. La mayoría de gafas de sol normales dejan pasar la luz por los laterales; esto es malo, hay que tener en cuenta que en el Camino andamos casi siempre con el sol a nuestra izquierda. Las que yo llevaré son las mismas que uso para esquiar y para montar en bici.
· Sombrero: llevaré uno de paja, es ligero y se puede doblar para meterlo en la mochila. Valdría naturalmente cualquier tipo de gorro.
· Tarro de vaselina: para untarse los pies antes de cada jornada, esto reduce el riesgo de ampollas.
· Bolsa de aseo, todo en dosis pequeñas.
· Botiquín, con tiritas, betadine, aguja e hilo (para curar las ampollas), etc. De nuevo, todo en dosis pequeñas.
· Pastilla de jabón para la ropa, creo que es la mejor opción ya que pesa menos que el jabón líquido.
· Pinzas e imperdibles: cuando lavemos la ropa, es posible que a la mañana siguiente no esté seca del todo; con las pinzas e imperdibles podremos colgar la ropa en la mochila para que se vaya secando mientras andamos.
· Toalla: una toalla pequeña, no de esas de playa. Me han dicho que hay unas modernas que no pesan nada, de la marca MSR Packtowl UltraLite. La probaré a ver.
· Saco de dormir, llevaré el mismo que el año pasado: un Quechua S15 ultralight, que es un saco muy ligero y pequeño, aunque los primeros días cuesta un montón guardarlo en su funda.
· Funda de almohada; en los albergues hay almohadas pero no fundas, por razones higiénicas.
· Vaso de plástico duro, para beber en las fuentes.
· Una navaja, tenedor y cuchara. Sobre todo para las comidas que hagamos durante el camino, preparar bocadillos, etc.
· Papel higiénico, en algunos albergues no hay, o puede haberse agotado.
· Protector solar.
· Cartera, con DNI y tarjeta de crédito.
· Cámara de fotos.
Y eso es todo. La regla de oro a aplicar es no llevar nada "por si acaso"; si algo nos falta durante el camino, siempre podremos comprarlo en cualquier pueblo.
viernes, 18 de abril de 2008
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